Hace años que no montaba en avión y tal vez eso explicaba que estuviera con la nariz pegada a la ventana practicamente todo el viaje. A miles de pies de altura, el delta del Ganges no era más que unas delgadas líneas de agua parduzca allá abajo. No se veían los búfalos, los campesinos arando y recogiendo tierra. Pero seguro que allá estaban, haciendo lo que día a día estaban acostumbrados a hacer, sin prisas, sin expectativas.
De mi ensueño me saco la azafata, con su bindi en la frente, y su impecable y colorido sari recordándome que ya estábamos prontos a aterrizar. India.
"Damas y caballeros, bienvenidos a India. Hemos aterrizado en el aeropuerto internacional de Kolkata. La hora exacta, 4.30pm. La temperatura, 45 grados centígrados. Gracias por volar con Air India Express".
Lo único que me quedó grabado, fué la temperatura. Y eso que ni debería, porque al momento de abrir las puertas, el calor se escurrió dentro del avión y me recordó que si, que había llegado a India en verano, en la peor época del año.
En el aeropuerto estaba un equipo médico con sus termómetros y bajalenguas revisando a los pasajeros para el tema éste de la gripa porcina. El único otro occidental que venía en el avión se puso a pelear con los médicos porque quería un termómetro nuevo para él, no uno que hubieran usado mil personas antes. Los médicos se miraban entre ellos como sin saber que hacer. Y cuando yo ya había pasado el chequeo médico, inmigración y salí con Alma y mi equipaje, el tipo seguía peleando con los médicos que lo que hacían era menear su cabeza, estilo indio. Espero que le vaya bién al hombre.
A la salida... ochenta y cuatro tipos se te lanzan encima a decirte que te llevan a un hotel, que tu hotel está cerrado, que mi taxi está averiado, que llevo muchas maletas, que mi bicicleta requiere sobrecargo bla bla bla. Los rebuscadores que se tiran como aves de rapiña a atacar el turista. Y más vale que me acostumbre, porque según dicen abundan por acá.
Pero nada, estoy acá, al fin, en Kolkata. La famosa ciudad de la alegría. La antigua capital del imperio comercial británico. Un pedazo del cielo y del infierno en la tierra. La ciudad más importante de Bengala. Mi puerta de entrada a la mística India...
Y pues... puf!!!!!! Es todo un cambio extremo con relacion a Tailandia o Laos o Japon o hasta China... Es como una explosion de humanidad encima de ti, un monton de colores y olores por todas partes... si pensaba que habia visto fuertes contrastes, pues no, estaba bién equivocado porque esto si es el verdadero contraste. Tan solo el viaje del aeropuerto al hotel, es uno de esos que te despierta el sentido de la aventura! El trafico es un caos, las reglas de tráfico brillan por su ausencia, los peatones, las vacas (sagradas todas, obviamente) y los carros comparten las vias y aca el más grande, o el que pite mas y el que pite mas duro es el rey.
El taxista se vino con musica india tipo Bollywood a todo volúmen, cantando y escupiendo y esquivando y pitando y fumando y riendo y atravesándose e insultando... Por ahi vimos un tipo atropellado y el man me dice "its no problem, people like this everyday, tomorrow he good, he works"... que no hay rollo, que asi es todos los dias y que mañana seguramente estara trabajando!
En la calle, abundan los ventorrillos, los puestos de especias y tabaco, las vacas, las basuras, los antiquísimos taxis Ambassador, los niños jugando Cricket (el deporte nacional, una especie de baseball) y las mujeres todas estan vestidas con los saris (el vestido tradicional Indio) que por algún milagro están siempre limpios sin importar de que charco o basurero salgan!
Pero bueno, lo bueno es que ya estoy bien por aca, un poco triste por dejar Tailandia y todo el SE de Asia pero enfrentado a una nueva aventura (y que aventura por dios!) Hoy estoy recien llegadito y pues ando como cogiendo las cosas suavemente antes de tirarme en la locura de cruzar con Alma éste subcontinente en la época más caliente del año.
1 comentario:
Dios Mío... qué envidia!! qué es todo eso!! Maravilloso!! se siente el olor y el sabor a India de solo leerte... Un abrazo!
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