jueves, 14 de junio de 2007

Estrenando Moleskine

Dia 0. Dia 30. Dia 300. Dia 9490. No importa.

Todavía tengo en la boca el sabor de los hash browns y el café insípido de la mañana. También restos de despedida convertida en un par de lágrimas en la cara. Pero ahora, sentado en una equina de la sala 76, me siento tan irreal, tan extraño, tan borroso. Y ahí afuera de ésta frontera que le suelo decir cuerpo, tatntas risas, abrazos, prisas y caras desconocidas. El común denominador? Esa espera, esa ansiedad, esas expectativas de todos, materializados suenos en un avión.

Siento un poco de sofoco, de calor, de que quisiera quedarme dormido para no sentir el temor, ese corazón queriéndose escapar del pecho, esas piernas no queriendo estar quietas. Tantos viajes en el pasaporte, pero hoy particularmente estoy inquieto. Tal vez es porque en el fondo, intuyo que este viaje no será igual, que hay algo digerente. El lapicero está temblando y no quiere escribir más.

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