miércoles, 9 de mayo de 2007

We are Chinese if you please or if you don´t please

Nueve de la mañana. Con relativa puntualidad (vamos, yo también soy latino!) visité la embajada China de Bogotá. Luego de dos semanas de inactividad, me esperaba una previsible fila larga y llena de personas con papeles que a sol y lluvia, como yo, anhelaban una calcomanía en su pasaporte. Pero el panorama no era tal. En cambio, habían unos seis o siete personas de corbata que muy ordenadamente esperaban su turno. Es mi día de suerte!!! (pensé inocentemente). A medida que el minutero giraba y giraba, la fila parecía nunca acortarse. Y por primera vez, y a varios miles de millas de distancia, experimenté en carne propia dos pedacitos de cultura china que ya había leído en algunos blogs y crónicas de viaje. El primero: la propensión genética de los chinos a colarse o no respetar la fila. Estaba yo lo más de tranquilo leyendo mientras hacía la fila cuando de repente llega una china hablando por celular y se hace delante del tipo que iba un puesto antes que yo. Supuse que era funcionaria o diplomática o algo así, pero cuando sacó unos pasaportes caí en cuenta que ella era otra parroquiana como cualquiera de los que estábamos ahí, a hacer otro trámite consular, como cualquiera de los que estábamos ahí. China 1 - Colombia 0. En fin, nada que hacer. Todos nos miramos en silencio, y levantamos los hombros en señal de "no hay nada que hacer". Al rato, llegaron un par de chinos también hablando bién duro (más adelante profundizo sobre ésto) y se hicieron delante de la china que estaba escuchando música con los ojos cerrados. Al parecer no se conocían (como llegué a suponer) porque no se saludaron. Pero también llegaron de colados. China 3 - Colombia 0. Esa costumbrecita si es emputadorcita (o mejor dicho, te saca el mal genio que está agazapado dentro de ti). En ese momento, decidí que no iba a dar ni un centímetro de espacio, así que me le pegué cuerpo a cuerpo al tipo que iba delante mío, y el también se le pegó a su queridísima chinita. Ya tres a cero es goleada, mi orgullo no me permitía ya dejarme meter otro golazo olímpico como esos.

Y otro par de costumbres familiares que aparecieron, fueron la de hablar bastante duro, y escupir en la calle. De la embajada salieron un grupo de chinos y chinas, y en las puertas de la embajada se quedaron hablando con los demás. Perdón. Se quedaron gritando a viva voz el uno al otro. Cuando digo gritando, no exagero, pues realmente se escuchaba mucho más sus frases en idioma inentendible, que los ruídos de los carros o los voceadores de prensa. Además de eso, lo más curioso es que se empujaban y se daban golpecitos como para enfatizar lo que hablaban. Al principio, parece que se estuvieran insultando. Pero recordando sus costumbres, y leyendo las sonrisas en sus caras, me imagino que estarían haciendo comentarios inocentes, tipo "que lindo día está hoy" o "me encantó el jugo de naranja del desayuno".

Y cerrando con broche de oro la clase de costumbres extranjeras, mientras hablaban entre ellos, volaron no menos de tres o cuatro gargajos o escupitazos que aterrizaron peligrosamente cerca de los pies de los peatones que por allí circulaban. Que interesante! No me imaginaba que cosas tan pintorescas podrían pasar a diez minutos de mi casa!

Bueno, volviendo a la fila. Una persona entraba, y a la hora, otra persona entraba detrás. Cuando al fin logré entrar a la embajada, entendí el por qué. Resulta que esos señores que había visto antes, tan formalmente vestidos, cada uno representaba a una agencia de viajes grande de la ciudad. Y cada uno de ellos, llevaba como mínimo diez o quince pasaportes de gente a la cual ellos le hacían las diligencias respectivas! Yo era prácticamente la única persona natural que hacía ese trámite consular por mi propia cuenta. Pero solo era cuestión de tiempo, y al cabo de unas dos horas, finalmente entregué mis papeles, y a los dos minutos me dijeron la cuenta donde debería consignar, y que viniera la próxima semana por ella.

Otro paso más cerca!!!!

6 comentarios:

Marta Elena dijo...

muy bueno, otro cuento chino! así es.

G. dijo...

esperemos que éste sea el primero de muchos, muchos otros cuentos chinos!!! gracias por visitar mi blog.

Anónimo dijo...

hey greg!! q interesante tu historia jejeje!! y esta bakano tu blog por cierto..:) Valenrob

G. dijo...

Valen!! Que rico que te diste una pasadita por acá!!! Espero que no sea la última vez que dejés un mensajito así! Un abrazo grande y saludos a todos!

Anónimo dijo...

Gregman! Bacanas tus crónicas y ésta de la embajada de China me recuerda en situaciones donde me tocó presenciar esa y muchas otras otras co-chinadas de esas "adorables" personitas ojirrasgadas cuando estuve en Canadá. ¿Cómo será entonces cuando estés en su tierra? Mejor estar preparaos primo! Ah! por cierto me comentaron por ahi que una gente de Suramericana va para China en estos dias no sé si te contaron. Bueno, continua con tu viaje y que aprendas bastante!
Att: Emilio

G. dijo...

Mr. Emilio!!! Que bueno que te pases por aca!!! Un abrazo grande a todos por alla! Y bueno, si, ya dentro de algo mas que una semana estare si Dios quiere confirmando en vivo y en directo todo eso! Que curioso, leyendo este articulo de las visas todo se hace como tan lejano, tan oscuro, y sin embargo fue hace tan poco... El tiempo es una vaina muy relativa, no jodaaaa!