
De hecho, andaba yo ya medio preocupado que no me llamado a decirme que algo andaba mal. O que me faltaba un papel. O que había un error en el formulario. Nada. Pero bueno, unos minutos más tarde salía con el pasaporte en el bolsillo, tarareando una canción que surgía desde lo profundo de mis recuerdos infantiles.
Que diferente puede llegar a ser una ciudad conocida, si salís a la calle con la mentalidad abierta, como si fuera la primera vez que ponés el pié sobre ella. Disfrutas de las cosas más pequeñas, como sentarte en un parque a ver la gente pasar y comerte una fruta. A caminar por calles pequeñas y no conocidas y dejarte perder entre la gente y las casa y los letreros coloridos. De tomar un autobus que te lleva a barrios que nunca has escuchado. A comerte algo en un restaurante semiescondido. A ver a los padres llevar a sus hijos al colegio de la mano. A cruzar un par de palabras con un total desconocido que no volverás a ver. Tantísimas cosas están ahí afuera. Tantas, tantas, y solo hay que abrir los ojos. Cada vez encuentro más señales que te dicen que todo el universo está acá y ahora.
2 comentarios:
GRACIAS POR VISITARME, Y TIENES RAZON EN ESTO QUE DICES, EL UNIVERSO ESTA AQUI, Y ESO NO LO PODEMOS NEGAR
ME GUSTARIA QUE ESCRIBIERAS MAS A MENUDO
Lo mismo digo!!! Pero a veces a uno se le escapa el tiempo para ir desocupando los pensamientos sobre el teclado. Un abrazo!
Publicar un comentario