jueves, 8 de mayo de 2008

Meng....

...recordando a Los Angeles, recordando otras vidas, otros rumbos, otros aires, otras personas que pude ser, y sin embargo, no fui...

Miro la flor desteñida y sucia pintada en el mantel que está debajo de mi, y me río bajito, me río de lo absurdo, de las vueltas que dá la vida. Esa flor que ha sido testigo de cientos, miles de platos de pho que le pasan por encima, esta noche no tiene más remedio que seguir en su labor tan anónima y desdichada.

Hoy a la luna se la comió una nube de monsón, y por la única carretera del pueblo pasa un camión cargado de frutas y de polvo, haciendo vibrar la tierra, haciendole perder la atención a ese gatico que debajo de una nevera que no sirve, trata de cazar un ratón, o un alacrán, o cualquier cosa que lo saque de éste letargo de cada noche de verano.

Las únicas luces del caserío, las comparten el dudoso Karaoke (o KTV) de letras rojas de neón, y el taller del pueblo, que de día sirve también como carnicería. Debajo de unas palmeras, me siento en la banquita de madera de cinco centímetros de altura que se queja por mi peso, y me llevo el primer bocado de pho verdadero a la boca. La señora dueña del restaurante se sienta al lado y me empieza a hablar, no, a bombardear muerta de la risa con algo que suena a chino, a thai, a dialecto...

Estoy en un pueblito en la mitad de la nada, un pueblito del cual lo único que se es que empieza por M. Y que venden sopa. Y que hay un hotel en el segundo piso del taller. Y que no voy a poder salir por lo pronto... A escasos cien metros, el Mekong pasa sin hacer ruído, aperezado, lento y acalorado. Unos niños llegan con linternas en sus cabezas y en sus brazos un par de cestos grandotes llenos de peces frescos. Y una parejita muerta de la risa, montada en una moto destartalada se va adentrando en un camino cualquiera, que los aleja del pueblo y de las miradas de la gente.

Hoy, estoy en un pueblito lento, caliente y tropical que empieza por M.

Mañana? Ni tengo idea por que letra empezará el pueblito al que mañana me lleve el camino...

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