sábado, 17 de mayo de 2008

El nervio del volcán... o montaña pues

Al otro día, como de costumbre, madrugar, revisar si la ropa lavada del día anterior está seca, y de nuevo a la carretera. Tenía la oscura esperanza que mejoraría, que no estaría tan llena de huecos y barrizales, pero efectivamente, el destino tenía otros planes para mi.

Luego de unas cuantas horas de camino, me encontré que muchos carros estaban parqueados a los lados de la carretera. Yo feliz, porque los sobrepasé facilito y no me tocaba aguantarme el humo de todos, pero cuando llegue más adelante me di cuenta de la razón. Una enorme montaña se vino abajo, y estaban tres bulldozer trabajando tiempo completo, echando al río toda la tierra y rocas que todavía seguían cayendo. Nada que hacer. Al borde de la carretera, habían unas señoras haciendo su agosto, vendiendo huevos, mazorcas y agua. Sin más que hacer, pues toco también ser comensal y desayunar lo de todo el mundo.

La mayoría de gente que andaba ahí sentada y aburrida como yo eran camioneros que llevaban frutas desde la región tropical de Banna, con rumbo más al norte donde no se podía cultivar. Y luego de unas horas de inmunda inactividad, hicieron lo que hacen los chinos cuando se aburren: sacaron sus cartas y se dedicaron a la lúdica actividad del juego. Me trataron de enseñar el jueguito ese (tienen miles, literalmente), y al principio me fue como a los perros en misa. Luego, empecé a volverme canchero y tuve unas cuantas manos en que dejé al país por lo alto... en cartas! Y empezó a circular esa pipa de agua (como un bong de bambú) que es la manera como la gente de la región fuma, y aunque me negué mil veces, me forzaron a fumar de la pipa de la paz, o si no, no seguían jugando... Costumbres del mundo!

Afortunadamente para mis pulmones, los bulldozer lograron abrir un pequeño camino por el que podía pasar con dificultades un camión, y como en éste caso el que piensa pierde, arranqué de primero y dejé a los camiones, con sus pipas, atrás. Buena decisión, porque justamente el segundo camión que estaba pasando, se quedó atorado en el lodo.

Lo de siempre, esa noche quedé rendido en la primera "ciudad" que encontré...

1 comentario:

Anónimo dijo...

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Buen viaje ;)