
En total, desde Phnom Penh, fueron 300km hechos en 4 días. Lo único verdaderamente jodido fué un increíble viento de cara que nos viene persiguiendo desde Vietnam... Y con el viento vienen las tempestades también, una de ellas se convirtió en pesadilla e hizo que nos tocara buscar albergue en una casa en construcción, poniendo las hamacas y pasando la noche nuevamente en el camino, bajo las estrellas. Como siempre, la gente en los campos es espectacular, te invitan permanentemente a tomar el té con ellos, a hablar sin poder entender, a compartir algunos instantes de sus vidas con esos extranjeros que van viajando en bicicleta...
Así conocimos a un grupo de artistas que tenían su casa estilo country en medio de un enorme campo de arroz. La barrera de siempre era el idioma, pero con su buena actitud y con su arte nos pudimos comunicar. Tenían esculturas y figuras talladas en madera y en coco, de todas las maneras y formas. Increíble encontrar eso en éste lugar, tan alejado de los centros de las ciudades, de la civilización, de las galerías de arte que conocemos. Pero las sorpresas no terminaban ahí... Me invitaron al segundo piso, donde por más increíble que pareciera, había una batería, unas guitarras eléctricas, bajos, y un rudimentario estudio de grabación. Aparte, resultamos estar en la casa de unos músicos... Ahi tratamos de convencerlos para que tocaran algo de música. Ellos muy humildes dijeron que no, que no tocaban bién, que que pena... pero eventualmente lo hicieron, un par de improvisaciones animadas de buen ritmo!

Y bueno, eventualmente llegamos a Siem Reap, ciudad llena de tuk tuks, turistas y hoteles. Sieam Reap, una ciudad polvorienta y un poco sucia, que crece desbordadamente impulsada por los dólares del turismo. Y la única razón de yo estar acá, es sencillamente que a unos cuantos kilómetros están las gloriosas ruinas de Angkor Wat, el complejo religioso más grande del mundo y que aún teniendo más de un milenio de historia trás de sí, sigue asombrando a todos los visitantes que logran llegar aquí... El plan es entonces pagar el tiquete de 3 días (40 dolorosos dólares) para tener tiempo suficiente de recorrerla sin afán. Ya veremos!
1 comentario:
Le hubieras pedido al gobernador unos pases para el templo ;) seguro los consigue ;) jejejje... Un abrazo
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