jueves, 26 de abril de 2007

El señol Glegolio pol favol?

Era muy temprano. O bueno, al menos para mí que anoche me había quedado hasta casi entrada la madrugada. Y sonó el bendito celular. Por una fracción de segundo me imaginé que había sido la alarma que nunca fallaba, y que tenía que correr al baño a ducharme y empaparme de L´eau d´Issey y ponerme la corbata y salir al aeropuerto. Pero no, solo era un viejo recuerdo que me trataba de agarrar por el pelo aprovechando que tenía todavía lagañas y estaba medio dormido. El caso es que veo un teléfono no conocido, y medio desconfiado respondo. Y la conversación siguió mas o menos éste curso:
-mmmm.. alo? (nótese la voz de recién levantado)
- si buenos dias, el señol glegolio pol favol?
- (mierda! ahora a poner la mejor voz posible y que parezca que hasta hace menos de un minuto estaba soñando con... bueno no me acuerdo, pero algo estaría soñando) Ejem, si, buenos días, con el hablas.
- le hablamos de la embajada del japon, y es lespecto a su solicitud que tenemos algunas pleguntas.
Perdón?!?!?! De la embajada de Japón, me están llamando a MI a preguntarme cosas? Y a mi celular? No es posible. Seguramente sigo en algún sueño, producto de una mente agitada y ansiosa por los viajes venideros.

Pero no. Efectivamente estaba despierto, y las preguntas que me hacían me despertaban aún más. Que si conozco a alguien en Japón? No. Que si hablo japonés? No. (debí haberle respondido el típico watashiwa nihongoga scoshi wakarimasu, pero la cabeza aún seguía en penumbra). Que si tengo familiares en Japón? No. Que que es el tema de hostales? Que por qué tanto tiempo en Japón? Que si tengo carro? Casa? Beca? Que si yo sabía que Japón es muy caro? Que cual es la marca de jeans que me pongo? Bueno, exagero pero más o menos así era el interrogatorio. Imaginense la típica escena del policía malo en un cuartito de dos por dos metros, con una lámpara colgando de un techo que está a punto de caer. Y detrás, el espejo por el que registran cualquier duda o movimiento sospechoso de tu rostro.

Sobrecarga de información en un minuto. Y obvio, con la sensación que te dá al hablar a los súper humanos miembros de alguna misión consular, estaba c**ado del susto. Pero al parecer la funcionaria de la embajada quedó semi-satisfecha porque me dijo con voz resignada que listo, que iba a pasar los papeles así. Pero que posiblemente necesitaba más información y nuevamente me la solicitaría.

Colgué. Voy al baño y me miro al espejo, y tengo una cara de destrozo que hasta yo mismo me negaría la visa. Pero bueno, como el coronel de Gabo, solo falta esperar y esperar y esperar... a ver que pasa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

estoy muy aburrida y encontre cualquier porqueria... y tienes mucha razon... es cualquier porqueria... yo no hago nada interesante pero... eso...