lunes, 14 de julio de 2008

Ho Chi Minh City, última parada en Vietnam

Es maratónico tratar de desatrasar el blog, sobretodo porque tantísimas cosas han pasado en las semanas que han pasado desde que salí de Vietnam... Pero bueno, con un poco de paciencia y otro poco de buena memoria, trataré de terminar y actualizar con las últimas noticias de Camboya.

A Ho Chi Minh City (o Saigon) nos tocó ir de rapidez, porque los días para que mi visa expirara estaban contados. Ésta es una enormísima ciudad con más de 7 millones de habitantes, antigua capital de Vietnam del Sur, bastión de Estados Unidos en la tristemente famosa guerra de Vietnam (o Guerra Americana, para los Vietnamitas). Es una ciudad caótica, increíblemente caótica, porque existen circulando casi cuatro millones de motocicletas... Es decir, de dos habitantes de Saigon (contando ancianos y niños), uno tiene motocicleta. Así que es tal vez es fácil imaginarse la congestión vehicular en las calles cuando es hora pico, peor aún teniendo en cuenta que en Vietnam las reglas de tráfico son inexistentes y los semáforos se construyeron para decoración unicamente... Y así, en medio de esa tormenta de pitos y ruidos de motores por doquier, entré a Saigon. Si había pensado alguna vez por allá en Danang que manejar moto en Vietnam era realmente suicidio, tenía que pensar nuevamente: Manejar bicicleta en Saigon es realmente lo más cercano a sobredosis de adrenalina que he sentido. Pero como siempre, uno se termina acostumbrando a absolutamente cualquier cosa... para eso es particularmente buena nuestra especie, los animales de costumbre que somos los seres humanos.

La ciudad de Saigon está llena de museos y sitios que comparten un tema recurrente: la guerra de los 70's. Como ya estaba en las últimas en Vietnam, y luego de visitar tantos otros museos similares en el norte, en ese aspecto en particular no se centró mi visita en Ho Chi Minh City. Más bién, fue dejarse llevar por la energía de la ciudad, por ese carisma de los callejones pequeños, por la vibra de la gente.

Y también confieso, que lo mejor de Saigon es algo compuesto por tres palabras: Banh Mi Thit. Son los mejores 8,000 Dong invertidos en Vietnam (algo así como medio dolar)... El famoso Banh Mi Thit no es más que un sublime sanduche de pan francés con paté, jamón y una cantidad de vegetales salteados... Acostumbrado como estaba al eterno y omnipresente pho, este cambio fue caído del cielo. El secreto de éste humilde sandwich vietnamita es que el pan francés es realmente sublime, con el punto exacto. Diría yo que es una de las pocas cosas positivas que quedó en Vietnam luego de la invasión francesa unos años atrás.

En Saigon también aproveché para hacer el famoso tour por el delta del Mekong, porque no me alcanzaba el tiempo para hacer la visita en bicicleta... Y aunque los lugares visitados fueron bastante bonitos y pintorescos, el hecho de andar en un tour te hace sentir como si te transportaran en un rebaño... Comer acá, caminar doscientos metros por acá, mirar a la señora que pinta, tocar el árbol tradicional, etc. etc. etc. Y por supuesto, no se les ocurra caminar por su propia cuenta!!!!! Ugh, detesto los tours organizados...

Pero no hubo tiempo para remordimiento, porque había llegado el último de mi visa!!! Y como buen latino que se respete, no había preparado nada, no sabía a donde ir, no tenía ningún plan. Dejando todo para última hora como diría mi santa madre!!!!

2 comentarios:

Saṃsāra dijo...

Eso de los tours es en todas partes! comer el plato típico, pagar 1$ por la foto con el niño vestido como nativo, la serpiente en el cuello ehhh pero siempre pensé que los que lo pasan peor son los guías, porque dicen exactamente las mismas historias y dan las mismas indicaciones para cada grupo hasta el fin de los tiempos ajajaja cuestión de perspectivas!
Por dónde andarás! un abrazo Gcito!!

Anónimo dijo...

creo que estas muy atrazado en tus cronicas y nos hace falta que te pongas al dia para deleitarnos con tus maravillosas historias y peripecias Asiaticas de Robinson Crusoe en Bicicleta