Desde Yuanyang hasta Hekou, la ciudad fronteriza con Vietnam, son unos 220 kilómetros. El primer trayecto fué hasta Manhao, un pueblucho de casas de tejas de zinc y bambú, que quedaba a 90kms. El caserío tenía un par de restaurantes y una estación de policía, pero ni rastros de algo que se asemejara a un hotel, albergue, algo así. En la estación de policía, me atendió el intendente. El tipo en cuestión, estaba viendo televisión con los pies en el escritorio, muy elegantemente vestido con tan solo sus sandalias y sus calzoncillos blancos, me dice que me despreocupe, que a unos 10 kilómetros más adelante hay un hotel de camioneros, donde puedo pasar la noche. Supongo que no hay mucha acción en el área, para que el tipo esté con semejante frescura... Pero igual ni los policías, ni la gente en calzoncillos es algo que particularmente me guste, así que "muchas gracias, muy amable, que le rinda con su programa de tele", y de nuevo a buscar el famoso hotel, esperándome lo peor.
Pero no estuvo tan mal, la verdad fue una habitación enorme, con balcón, baño decente (sin hueco en el piso) y vista al río. Estaba en el mismísimo Manhao Marriot (plop!)!!! Lo único no tan interesante, es que estaba al lado de una carnicería-restaurante y de un KTV. En la carnicería, todo el día se la pasaban sacrificando reses y búfalos, y gente comiendo carne. Y en el KTV, bueno, toda la noche se la pasaron también comiendo carne... otro tipo de carne.
Al otro día, hora de seguir camino al lado del Hong He, o Río Rojo. Y apenas salí del hotel, empezó a diluviar. La carretera, que antes tenía barrizales y huecos esporádicos, se convirtió en un camino sin pavimentar con un permanente fluir de barro. No habían autos ni buses, solamente unos enormes Jeep 4x4 que servían como transporte público. En una de esas, caí en un
Eventualmente, el #$^%&$% aguacero disminuyó un poquito, y pude seguir adelante. Pero la carretera no mejoró... y así, de nuevo cubierto de barro hasta el alma, seguí hacia Hekou (en chino traduce: boca del río) que me recibió ya de noche. Pero aprendí un par de datos importantes: el barro seco y la cadena de la bici no son buenos amigos. Y otra, en la tienda "especializada" donde compré las maletas, en la misma donde me juraron y rejuraron que eran impermeables, y casi a prueba de balas... Bueno, todos ellos estaban equivocados. Entre un gran bloque de barro seco, logré encontrar mi desodorante y mi cepillo de dientes...
4 comentarios:
Gregman! Que bacano que ya estás en Battlefield! jeje no mentiras, por ahi supe que allá vas a ser Miss Universo, pero no se si en Hanoi o Ho Chi Mihn si depronto alcanzas a llegar a la ceremonia en la cicla jeje ;)
No mentiras, mucha suerte en ese nuevo pais que estas conociendo ahora, por ahi ley tu ultimo articulo, se ve que es un pais con una economía muy débil por lo del tipo de cambio.
Bueno un abrazo y estamos hablando.
Att: Emildude.
Don Emilio!!!!
sisisi, por aca ando ya con el sombrero conico y en los juncos por el rio! ah y comiendo arroz a la lata...!!!
gracias por pasar hermano, un saludo a todos por alla!!!
A ver muñeco!! Cuántos meses en CHINA y te les comiste el CUENTO CHINO de las maletas!! No jodás pues... acordáte un poquito al menos de la abuelita, que a los chinos ni lo que comen se les cree... UN ABRAZO!
anonimo: srta., le echamos agua y todo en la tienda... solo que todo va muy bien en un ambiente controlado, otra cosa es debajo de un temporal por carreteras de mier....
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