sábado, 25 de octubre de 2008

Monasterio, primeros días

Tailandia, a comparacion de Laos, Camboya, Vietnam, Tibet y hasta el sur de China, da una impresión de ser un país muy desarrollado y occidentalizado. Eso tiene cosas buenas y malas. Las buenas por ejemplo es que es cómodo, seguro, desarrollado, tiene buena infraestructura y vías, la comida es sana, y hay supermercados y podés encontrar lo que querás a precios decentes, porque los precios son fijos, a diferencia en los otros paises que le toca a uno pelear hasta por una sopa y eso se vuelve un toque desgastante (léase: los hijos de p*ta de Vietnam).

Pero también por otra parte pierde como ese aire de aventura, de estar donde nadie más ha estado, de viajar con ese vertiguito que dá el no saber que sigue el momento siguiente. Justo por ser tan occidentalizado, también está demasiado lleno de turistas. Pero eso no es lo peor, también está lleno de viejos cacheticolorados con su tailandesa al lado, porque definitivamente este pais es el destino numero uno del turismo sexual... y ugh, eso se ve inmundo.

Bueno, como algunos saben, cuando llegué a Tailandia mi intención (al igual que en Tibet) era quedarme un tiempo en un Forest Monastery, que son monasterios budistas de la tradición más simple, viven en cabañas en la selva y tienen una vida tranquila, meditativa, contemplativa. Encontré uno muy famoso cerca a Nong Khai, en el norte de tailandia, en una región montañosa cerca de la frontera con Laos. Y pues para hacer el cuento corto, fui, y les dije que me interesaba residir allí, y pues el Abad (que habla thai y francés unicamente) me invitó a que me quedara con ellos el tiempo que quisiera.

Eso fue hace ya casi un mes. Y desde entonces la he pasado en meditación aislada de todo contacto con el mundo exterior, de hecho esta es la primera vez que salgo de mi kuti (cabaña) y del monasterio, y me conecto a Internet.

Y en realidad he estado muy bién en el retiro, la vida es muy tranquila en el monasterio y es basicamente todo el día para meditar tranquilamente. De vez en cuando los monjes pasan a revisar como estan las cosas, como me siento, etc. Muy tranquilo y muy bonito. La comida es una vez al día, a eso de las 6.00am. Según la tradición monástica, no se puede comer nada después de esa, o bueno, si se puede pero seria irrespetuoso. La comida te la llevan a tu cabaña en el bosque todos los días. Te levantas a eso de las 4.00am, aunque los monjes se levantan a las 3.00am, a meditar, a caminar, a mirarte... muchas cosas ves....

Y el itinerario del dia... bueno, es libre. Basicamente hay libertad de hacer lo que quieras, pero el punto no es rascarselas y dormir todo el día sino trabajar por encontrar algo, por tener insights. Muchisima meditación, sentado o caminando. La idea es estar consciente en todo momento y lugar, ver las sensaciones y pensamientos cuando surgen. Ver por que surgen, por que se van, por que nacen y mueren. Estar siempre atento, presente. Ver que lo que importa es entender la vida de adentro, ver la esencia de lo que uno es, y no tanto las apariencias, los trabajos, las carreras, los sentimientos, sensaciones... una vida simple y de observacion y atencion bien vivida es mejor que una vida compleja y llena de cosas, pero vivida a la carrera. Hay un monje de Canadá con origenes Lao muy buena gente que me ayuda con las traducciones y con algunos libros. Y el abad como contaba habla francés, así que me puedo comunicar mas o menos con mi pobre y oxidado dominio del idioma.

De momento voy bién, aprendiendo, viviendo cada momento, de a poquitos.