domingo, 23 de agosto de 2009

La casa de los dioses

Uttarakhand es el nombre de uno de los estados que abrazan los himalayas y por el que tengo la suerte de transitar. En hindi, significa "la morada de los dioses" justamente porque es la morada de muchos sitios sagrados para el hinduismo: el nacimiento de los ríos sagrados Ganges y Yamuna, las ciudades santas de Haridwar y Rishikesh, y los Himalayas, que son cuna de varios de los dioses más importantes del panteón hindú. Hay que pensar en una especie de Monte Olimpo versión India, mucho más escarpado, verde y exhuberante.

Justo por su ubicación, está cubierto casi en su totalidad de bosques y montañas, lo que lo hace un increíble escape frente las temperaturas de verano bestiales que se viven en las planicies. Aunque la temporada del monsón no ayude con sus lluvias, recorrer sus carreteras es francamente un placer, aún teniendo en cuenta las subidas a las montañas que te destrozan las piernas.

De Rishikesh, bordeando el Ganges y siguiéndolo hasta su lugar de nacimiento pasando por colinas y montañas de verde vegetación y plagadas de cascadas y riachuelos. De paso por Theri, una poblado que no tiene mucho que me atraiga más que una cama por la noche y un plato de lentejas como cena. De allí sigo hacia el oeste hasta llegar a Mussorie, la reina de las estaciones de montaña del estado, en la que los británicos y los indios adinerados pasaban sus vacaciones de verano. Francamente esperaba algo más encantador, pero igual el clima no ayudó mucho. Tenía que apurarme porque más al norte, las carreteras de los altos pasos en los Himalayas solo están abiertas por un par de meses en verano, y el tiempo se me va quedando corto por el tema de no tener afán y tomármelo todo con calma, mucha, mucha calma.

De bajada, paso por la capital del estado Dehra Dun, donde tenía entendido que era el festival nacional de teatro de ese año. Sólo por eso pasé por acá en vez de continuar de largo, pero cuando logro encontrar al fin alguien que sabe de éste festival, me dice con franca tristeza en su rostro que se apena mucho por mí, pero que el festival se acabó días atrás... Claro, el tema de no planear un carajo tiene algunos imprevistos, como éste. Pero bueno, no hay nada que hacer sino continuar hasta las montañas cercanas de Dehra Dun, donde está la estupa (construcción budista) en teoría más grande del mundo, pero creo que es más cuestión de optimismo y orgullo indio que otra cosa. También había una escultura enorme de un Buda sentado, y una comunidad de monjes tibetanos muy ocupados en lo suyo pues en Dehra Dun hay una universidad Budista, de las pocas que quedan en India.

El clima seguía lluvioso y así y todo tocaba continuar la marcha hacia Paonta Sahib, uno de los lugares sagrados para la religión Sikh, que quedaba en el límite entre los estados de Uttarakhand y el de Himachal Pradesh, donde la subida a los Himalayas se pondrá seria y el aire, escaso.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Respira profundo... cuenta hasta 10 y sigue tu camino... Un abrazo!

www.xlpharmacy.com dijo...

Me parece muy interesante tu viaje, sin duda alguna debe de haber sido una experiencia demasiado reconfortante y fructífera a nivel espiritual. La verdad, yo no sabía que el hinduismo tenía un equivalente del Monte Olimpo griego, me parece algo muy curioso. Me gustaría saber más al respecto, por ejemplo, si en su mitología estos dioses se reunían en las escarpadas montañas del Himalaya y si hay registros escritos o si simplemente se menciona someramente este lugar como su morada.
Muchas gracias por el post, tu blogm e parece genial.

Anónimo dijo...

Un graffiti es la voz de la ciudad, como este de vértigo para Sprite http://bit.ly/GraffitiSprite

Inversión en Colombia dijo...

magnifica entrada, pensemos y calmemos nuestro cuerpo con reflexión.