En el trayecto de ida, se desató una tormenta increíble, llevandose el polvo de las carreteras y por ahi derecho las esperanzas de un lindo viaje en barco. Pero una vez llegamos horas después a Halong, milagrosamente el cielo se despejóy empezó a brillar un enorme sol.
Luego de esperar a que nuestro "guía" preparara toda la documentación del caso y que el barco estuviera listo, nos indicaron como llegar allá. El barco en cuestión era un junco de 4 niveles, con capacidad para unas 16 personas más la tripulación. Compartiendo barco había unas personas de Australia, USA, Canadá, Holanda y Vietnam. Lo curioso es que hablando de los precios, me enteré que todos pagaron más del doble de lo que pagué yo por mi tiquete... o estuve demasiado de buenas, o les vieron la cara de turistas... lo cual desafortunadamente es el pan nuestro de cada dia acá en Vietnam. Ugh.
Eventualmente el barco zarpó y luego de que nos mostraron los camarotes fué el tema de la comida, uno de esos banquetes de comida de mar que pocas veces me había
De vuelta a la cubierta superior, el día seguía espectacular. Rodeados de karsts por todas partes, un paisaje alucinante. Es difícil describir con detalle las escenas, por lo que mejor es ver las fotos que abundaron, porque era jodido tomar una foto fea. Y bueno, el tiempo en el barco pasó y pasó entre charlas con los viajeros, saltando y nadando en el mar y haciendo kayaking entre las rocas y cavernas marinas... Todo un espectaculo de la naturaleza al que tuve el privilegio de visitar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario