domingo, 1 de julio de 2007

Tres dias por el mar de China


Y bueno... en ultimas llegue aca a Beijing, mas que todo porque mi Dios es muy grande. Fueron tres dias bastante interesantes (por no decir otra cosa) en el barco que me trajo hasta aca. Y en vivo y en directo desde Beijing, me doy cuenta que los dias de reinado y comodidad se me acabaron, quedaron atras en el puerto Japones de Kobe, el que parece tan, tan atras...


El bote era un barco de carga y pasajeros, que tenia como 20 habitaciones. Unas primera clase, otras segunda y otras segunda "especial", que eran las menos buenas (en el sentido que NO hay camas, sino que la gente dormia en el piso). Yo me vine en segunda clase normal, en un cuarto grande con ocho camarotes diminutos. Desde el momento en que me baje del monoriel, y camine hasta el puerto, senti que ya la cosa era diferente. Ya no era preguntar por si hablaban ingles, y todos tan lindos y tan tranquilos... no. Llegue afortunadamente un par de horas antes a la hora prevista. Cuando fui a comprar el tiquete (ya tenia la reserva), fue jodido hacerme entender en mi mezcla de ingles/espanol/japones/lonely planet. Pero lo bueno es que el japones lonely planet saco la cara y logro que me entendieran. Con un tiquete en la mano, y 22,000 Yenes menos, cargando la maleta a traves de inmigracion y con otro sello mas en el pasaporte.


Ya cuando todo el mundo estaba arriba, me di cuenta que nuevamente era el unico pinche gaijin (o extranjero, no gay-jean u cualquier otra cosa) a bordo. Por lo visto era el unico suficientemente fuera de su sano juicio para meterse solo en un barco foraneo, justamente en un barco donde nadie me entiende... Pero bueno, la intencion es lo que vale y a punta de esa mezcla de anglonipona arrastrada y muchas sonrisas se hacia entender la intencion al menos. En el barco conoci unas chicas Japonesas que iban a hacer el viaje en el tren transiberiano, y bueno, fue reconfortante entenderme bien con alguien, y ademas, la idea es que juntos ibamos a desembarcar y por azares del destino ibamos para el mismo hostal. Que por cierto salia recomendado en mi guia y en la de ellas tambien.


Esos tres dias me los pase mayormente afuera, mirando el mar y las formas del cielo desde la cubierta, leyendo, escuchando musica (amo a mi MP3 player, aunque los audifonos ya pasaron a mejor vida). A veces ves la lluvia, a veces la bruma. Otras veces es tan claro y alcanzas a ver a lo lejos tierra Coreana. Y muchos barcos pasando alrededor, cargueros, pesqueros, petroleros... Pero en ultimas, es estar solo rodeado de tanto azul, tanto cielo, tanta profundidad y misterio. Ese misterio que esta unos metros mas abajo, ese oceano con el que tan pocas veces nos entendemos...


Por cierto, en el viaje vi la cosa mas bonita que he visto en todo lo que llevo de vagabundo, y se materializo en un atardecer espectacular en una tarde que andaba medio brumosa... Fue mio en ese instante, y nadie, nadie me lo puede quitar. Ya con solo eso, hizo que todo valiera la pena...


El barco es como un panal flotante verdiblanco , donde decenas de abejas con sus uniformes de marinero van de un lado para otro arreglando lamparas, aceitando piezas, pintando la cubierta, amarrando lazos... Es un baile tan desconocido para mi, y tan monotono para ellos. Pero lo que en realidad rompe esa monotonia, son las horas de las comidas. Todo el mundo se reune en el restaurante con mucha expectativa, para saber que sabor nuevo se habra inventado el chef hoy. La primera vez, me sente y pedi cualquier cosa que obviamente ni sabia que era. El primer indicio de comida verdaderamente china. Cuando lo vi, creo que logre descifrar que eran como unos pedazos de pernil de cerdo, huevos de codorniz, con algun vegetal (tipo acelga) y una masa gelatinosa que supongo que era pata de cerdo (ugh). Y bueno, a entrarle, no deje ni el raspado sobre la mesa. Solo que espero que efectivamente lo que me comi haya sido eso, porque hasta donde yo se, me pudieron haber servido ojos de venado con vejiga dedelfin y alga del costado del barco, y para mi seria la misma vaina. Fue un poco pesado por tanto aceite, pero en ultimas estaba rico.


Por las noches, se organizaban unas fiestas estilo chino, con mucho canto, karaoke y rios de cerveza (para el que podia pagar, obviamente). Las chinas cantan precioso, aunque ni idea de lo que cantan, con las emociones y lenguaje corporal uno facilmente se imagina la historia que hay detras de las letras. Historias de amores, de peleas, de infancia y de ilusiones.


Es rico viajar solo, porque cada segundo te toca derrumbar ese muro de miedos y perjuicios, y entregarte al momento, sea cantando en un karaoke, compartir la historia con el vecino, jugar cartas, o demostrarles lo que sabes en ping-pong. Cada momento es una experiencia gigante, por pequena que sea... Todo te lo tenes que ganar vos, cada paso que das es tuyo, cada lugar en el que estas es un logro, todo lo lograste vos, con tus pasion y tus sentidos. Tiene tambien sus contras, pero bueeeh...


Conoci al segundo oficial del barco en el que estaba. Me puso conversa al ver que no tenia NPI de nada y andaba de un lado para otro. El hombre se entusiasmo de saber que era de Colombia, y me chicanio de los puertos colombianos que habia estado. Cartagena, Barranquilla, Buenaventura. Le gustaba mucho buenaventura, porque tiene un nombre poetico. Pero detras de tantos viajes, me decia, siempre se es un extranjero donde este. El barco siempre parte, siempre hay otros puertos, otros besos, otros suenos dejados atras. Pero hay gente, como el, que le gusta esa vida...


Muchas caras, muchas experiencias, muchas casualidades...

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