jueves, 26 de julio de 2007

Shanghai, visitado

Habiendo nacido, vivido y viajado en ciudades grandes, moviendome entre una y otra permanentemente, el tema de estar en una ciudad fria (figurativamente), grande, impersonal y super super grande, me da el blues. Te dan ganas de solamente quedarte mirando el caos desde tu ventana, tomandote un cafe. Te dan ganas de irte a un puente, cualquier puente, y solamente sentir y escuchar esa agua pasando lentamente debajo de ti. Los tipicos sintomas de una depre que se aproxima...

Estar en Shanghai es estar en un Los Angeles, NY, Bogota, Paris, Buenos Aires, pero con mucho mas vertigo, mas rapido, mas lleno de rascacielos y de gente con corbata entrando y saliendo de los hoteles 5 estrellas, con su celular fusionado a su oido.

Estar en Shanghai es caminar por sus calles, y cada cinco minutos de recorrido, es ver los abarrotados KFCs y McDonalds que invaden cada barrio de la ciudad.

Estar en Shanghai es respirar las contradicciones, asombrarse por lo diferente que puede llegar a ser una metropolis.

Y, casi olvido, estar en Shanghai en verano, es un verdadero acto de locura! Particularmente, en este a~o, que China esta pasando por el verano mas caliente de toda su historia... Shanghai no se queda atras, y ha tenido tambien el dia mas caluroso de toda su existencia. Y yo estoy aca, para celebrarlo... Yay?

Una de las cosas interesantes en Shanghai, es caminar por la ciudad vieja. Por esa ciudad de trazos antiguos, que poco a poco va siendo devorada por la infeccion de la modernidad, esa infeccion que en unos pocos meses destruye cientos de a~os de historia, e implanta un modernisimo edificio en su lugar. De hecho, es increible que entre calles antiguas, casas viejas en las que cuelgan la ropa afuera, en las que venden aun la comida afuera, en la que los viejitos juegan cartas en la calle, en las que aun hay templos activos, entre todos todos esos trazos de ciudad antigua, hayan bloques y bloques completos destruidos, como sacados de una postal de un futuro apocaliptico no tan distante, estilo peliculas de guerra o de utupia negativa, estilo Blade Runner. Y de fondo, los modernos rascacielos del Pudong, que cortan y razgan con lineas agudas y agresivas el cielo de Shanghai. Contrastes, contrastes...

En el medio de la ciudad vieja, solia haber un bazar antiguo, llenos de callecitas donde los vendedores se juntaban y salian a vender sus mercancias. Hoy, en el lugar del bazar antiguo, hay un reconstruido mercado con el mismo estilo antiguo. De primerazo, pensarias que efectivamente estas en el mismo lugar. Pero los arcos dorados del McDonalds en toda la fachada, y un interior reconstruido con aire acondicionado, rapidamente te explican lo contrario.

De cualquier manera, tenia que estar de compras para buscar una nueva tarjeta para mi camara, que ya estaba llegando a su final, y no habia tenido manera para descargar las fotos o enviarlas a alguna parte. Finalmente, compre una de 2GB por algo asi como USD10.oo. No estaba TAN barata, pero estaba presionado por el tiempo.

Curiosamente, en el medio de una ciudad de casi 20 millones de habitantes, nos encontramos con Amandine, la chica medio francesa, medio china con la que habiamos rumbiado en Pingyao. El mundo es verdaderamente un pa~nuelo!

Al rato, como seguiamos en la onda de estar revisando los mercados, fuimos a parar a Shanxi Road, que es como la Mecca en Shanghai para comprar qipaos y seda. Un qipao es como esos vestidos de seda famosos y apretados, que usan las chinitas y que se ven espectacularmente bien, porque marcan impecablemente los trazos femeninos del cuerpo de las ni~nas... Asi no fuera a comprar, y asi no me guste vitrinear, la mayoria de ellos era de por si una obra de arte, con bordados, encaje y tejidos sumamente delicados. Anotado en el Top 10 de las cosas mas sexy que hay...

Finalmente, de vuelta a Nanjing Road, una calle enorme peatonal en la que tiendas como Gucci, Prada, Armani, CK van de la mano. Y lo que es mas impresionante no es solo eso, sino que hay gente que efectivamente va y compra en esas tiendas. En un pais en el que un salario promedio esta por los 200, 300 dolares, pareceria absurdo que alguien comprara una corbata de 500 dolares, un traje de 1,500 dolares. Pero la gente, saliendo permanentemente con varias bolsas cargadas de esas tiendas demostro que efectivamente Shanghai era una ciudad de contrastes.

Ya en el YMCA, la cama me esperaba, al otro dia partiriamos a Zhouzhang y a Tongli, un par de pueblitos rodeados de canales y de turistas.

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