"Un paso más cerca de tus sueños" decía el cartelito de la agencia de viajes. Y a mi me parecía no un paso, sino un salto gigante. Luego de debatirme por mucho tiempo, decidí que ya era hora, y si estaba de nuevo en Medellín, no era para volver al principio, sino para continuar con el proyecto de viaje iniciado hace tantas noches ya.
Era una tarde lluviosa, así que a la oficina entré mojado y un poco asustado, por gastarme gran parte de mi presupuesto en el preciado tiquete de viaje. Que saliera lo más pronto posible. No darme oportunidad de decir que no y echarme para atrás.
De la oficina salí igualmente mojado, pero más liviano. Aunque la sombra de la preocupación crecía y se acercaba más y más, ya todo estaba enfilado por su curso normal. Dentro de "Cosas que vengo diciendo" estaba ya el record de la reserva aérea, impreso directamente por la agencia de viajes.
Me resta, empacar, organizar los documentos y demás papeleo, y despedirme.
La vida no es mas que un sinfín continuo de holas y hasta prontos.
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