sábado, 24 de mayo de 2008

Un dia de recordar y de records

Fue asi, un dia de recordar y de records. El mapa decia 96 kms en numeritos pequeños, que separaban a Kunming de Shilin, el legendario bosque de piedra famoso de China. Una distancia que no habia hecho en este viaje, con el peso de las maletas y subida a monta~nas incluida. Pero estaba contento y optimista, el dia estaba soleado, y la bici recien cuidada.

Salir de Kunming no fue la mejor experiencia, porque cerraron el unico camino (mi camino!) por las eternas construcciones que aparecen en todas partes en China, de la misma manera que aparecen aqui y alla los hongos luego de un dia lluvioso. Pero habia una alternativa, que me evitaba devolverme al centro de la ciudad y buscar otra ruta! Y pues bueno, a desempacar todo y pasar la bici con cuidado por una zanja llena de aguas... negras. Un paso en falso, y *plump*... Afortunadamente, luego de unos inquietantes momentos, logre pasar todo al otro lado y seguir camino, mientras los taxistas y los buseros, ahogados en su smog, se pitaban el uno al otro desenfrenadamente, tratando de desenredar el nudo vehicular en el que habian quedado. A la ruta!

Pedaleando y pedaleando, rompiendome las piernas mientras subia esa montaña al parecer interminable, volvi otra vez mas a pensar la razon del porque ando en esta situacion, cargando como el caracol la casa a cuestas. Porque estoy sucio y sudando, y respirando como si el aire fuera escaso. Porque estoy cansado, mientras quye podria estar en un tren veloz y comodo, o hasta en un bus deluxe de esos que uno tanto ve en las carreteras, con aire acondicionado viendo la ultima pelicula de accion, sin entender un cuerno del idioma.

La respuesta esta cargada de historia y tal vez, de genetica. De entre mis mas lejanos recuerdos, hay mas que pocos relacionados con dos llantas y un sillin, unidas por un marco y cadena. Me acuerdo que a escondidas le secuestraba el casco de bicicleta a mi padre, tan ochentudo y colorido. Lo usaba de niño para jugar a los viajes espaciales debajo de las cobijas, queriendo llegar a lugares tan lejanos que ni los habia leido en libros, ni visto en la tele. Con mi casco de bici "prestado", tambien acompañe a Sandokan en sus viajes lejos de Mompracem, siempre sediento de aventuras. Recuerdo tambien de manera vivida y especial mi primera bici propia. Me la trajo el niño dios, o el niño jesus, o los reyes magos, o hasta santa claus (si es que se atrevio a llegar al tropico con su abrigote rojo de cocacola). Cuando desperte esa mañana de Diciembre, vi ese enorme monstruo rojo, enigmatico y feroz, con llantas gruesas de plastico, y protectores abullonados que decian "Cross" por todas partes... Fue uno de los mejores regalos en mi vida. Tambien me acuerdo de cuanto pasaba la Vuelta a Colombia al frente de la tierra de mis abuelos, y salia como un loco a perseguir a los ciclistas, y a recoger las cantimploras que tiraban a la carretera, que serian mi trofeo despues.

Entre esos vividos recuerdos, esta tambien el de cuanto aprendi a montar sin las dos ruedecitas adicionales, que convertian a una temible bicicross roja en un simple juguetito de niño. Recuerdo el susto de cuando mi padre le quito la ultima rueda adicional que impedia caerme de lado y darme contra el suelo. Y me acuerdo tambien de su paciencia, cuando me empujaba en el parque de la casa de mi abuela, y me ayudaba a mantener el equilibrio. De cuando tambien caia y lloraba como un niño pequeño, y el me decia que era ya un hombrecito, y que por eso no me iba a morir. Que me volviera a subir a la bici, a mi nemesis personal, al protagonista de mis miedos. Y particularmente recuerdo la vez que mi pa me empujo por ultima vez, cuando le dije que no me soltara, y el a la distancia me respondio muerto de la risa que yo lo estaba haciendo muy bien solo. En ese momento habia domado a mi bestia salvaje, y ella me habia dicho que ahora juntos nos comeriamos el mundo... o bueno, el barrio donde vivia.

Con la bici y los amigos de la cuadra, saliamos a recorrer las calles desconocidas de esa ciudad misteriosa y enorme en la que viviamos. Con la bici, no habia quien nos atrapara luego del tin-tin-corre-corre. En casa, al altar donde mi padre colgaba su flamante, ultra-liviana, ultra-moderna y ultra-rapida Pinnarello, llego alguien a ocupar un nuevo sitio. Esa pesadisima y rojisima bicicleta, cubierta de pantano y suciedad e historias de infancia, fue nueva integrante de la casa, la mas fuerte y rapida y valiente y atrevida de todas.

Tantos recuerdos, tantas palabras para una respuesta. Por que ando por ahi en los caminos, tragando polvo y quemandome las piernas? Porque me gusta. Punto. Me gusta sentir el viento en la cara, sentir que soy libre para ir donde quiero, estar unido con el camino por nada mas que dos ruedas y mis piernas. Me gusta. Y por eso, en esas "benditas" montañas interminables, con viento de frente y sol rostizante, pedaleo y ya. Simplemente porque es algo que me gusta, que me hace sentir vivo, vivo y libre.

...Ah y por cierto, eventualmente llegue a Shilin, bati mi marca de 100kms por dia, a traves de valles y montañas. Y celebro ahora en un pueblo desconocido, con una avena en leche doble, pero que sea 'shaken, not stirred'.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Publica en www.topfanfics.com ;) Saludos!

Anónimo dijo...

Del más acá, te llamamos al más allá, para que sigas llegando más allí donde has querido estar, físicamente lejos de aquí, pero seguros de que en el alma cerca de tí. Un Abrazo